A veces, cuando recomiendo un tratamiento dermofarmacéutico, doy por hecho que tod@s sabemos cómo y sobretodo dónde aplicarlo, pero sé que no siempre es así y que uno de los errores más comunes es aplicarlo única y exclusivamente en la piel del rostro. Pues bien, todo tratamiento facial ha de ser aplicado en rostro (no en el contorno de los ojos y los labios), cuello y escote.
Estos grandes olvidados pueden mostrar un fotoenvejecimiento más acentuado que el propio rostro ya que la piel del cuello y del escote es físicamente diferente a la piel del rostro y por ello requiere un cuidado extra.
En el cuello la piel es más fina, con poros más pequeños y menor número de glándulas sebáceas, y aunque en el escote el grosor dérmico aumenta, con el paso del tiempo y las agresiones físicas, este grosor va disminuyendo hasta quedar igual de fino y frágil que el cuello. Estas características físicas, junto con los movimientos propios de la zona, hace que las arrugas y la flacidez sean dos alteraciones que hay que prevenir y tratar.
Tanquil@s es más fácil de lo que os estáis imaginando, sólo se trata de seguir las siguientes pautas, que en la mayoría de los casos, son continuación del tratamiento del rostro:
- Limpieza. En principio se debe realizar del mismo modo y con los mismos limpiadores que usamos para el rosto, y permitidme que diga en principio, porque sé que es bastante frecuente encontrar una piel más seca (debido a una exposición solar inadecuada) o más grasa (incluso con un acné más o menos incipiente) especialmente en el cuello. En estos casos puede ser necesario el uso de limpiadores diferentes para el rostro y para el cuello y escote.
- Prevención. Como el paso del tiempo es inevitable, y los movimientos de la zona también, nada mejor que una buena dosis de antioxidantes para prevenir el fotoenvejecimiento cutáneo. Aquell@s que ya uséis los antioxidantes de SkinCeuticals recordad que 5 gotas son suficientes para cubrir rostro, cuello y escote.
- Hidratación. Si mantenemos el nivel hídrico al 100% conseguiremos que la barrera cutánea se mantenga intacta y por tanto las fibras de colágeno y la elastina también, evitando el descolgamiento de la zona.
Si aún contáis con un cuello y un escote firme y liso, vuestra rutina terminaría con un buen fotoprotector, pero si ya tenemos olvidados los 20, y nuestra piel refleja los signos del fotoenvejecimiento, e incluso si estas zonas ya han comenzado a descolgarse, lo mejor es usar un tratamiento específico como p.ej. Neck, Chest & Hand Repair de SkinCeuticals, Neostrata Skin Active Cuello y Escote de IFC o Liftissime Cou de Lierac dos veces al día seguido del fotoprotector.
Este tipo de dermocosméticos hidratan, alisan y reafirman la piel de estas zonas y no sólo han demostrado una gran eficacia como preventivos, si no que su efectividad en el tratamiento es tan evidente que son cada día más recomendados por médicos y especialistas en dermoestética para usarlos solos o en combinación con las distintas técnicas reparadoras.
Me gustaría que mi post de hoy os haya servido para concienciaros de lo importante que es prolongar nuestra rutina dermofarmacéutica un poco más allá del mentón.
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