Sabéis que me encanta revelaros mis secretos de cosmética, porque quiero que todos podáis sacar el máximo partido a vuestra piel, y sé que lo que más deseamos es mirarnos a la cara y que no se nos note una mala noche, el exceso de trabajo, un grano rebelde que ha aparecido sin más o una mancha nueva que no teníamos antes de las vacaciones. Pues bien, he aquí uno de mis secretos peor guardados: Toleriane Teint de la Roche Posay.
Sí, habéis leído bien, el último paso de mi rutina dermocosmética es una base de maquillaje, que pasa por un fotoprotector con un ligero toque de color como Mineral Radiance UV Defense SPF50 de SkinCeuticals en pleno verano, a Toleriane Mousse de la Roche-Posay, en otoño y primavera y terminando con Toleriane Teint en invierno y cuando requiero lucir mi mejor versión.
Soy de las que se maquillan a diario.
Seguro que muchos de vosotr@s os estaréis llevando las manos a la cabeza pensando en lo malo que puede ser aplicar una base de maquillaje todos los días, que la piel se puede saturar, que pueden aparecer más granos e incluso más arrugas, pues permitidme que desbanque estos falsos mitos.
Siempre que no tengáis alergia a ninguno de los activos que constituyen ese maquillaje, elijáis correctamente la textura que más se adapte a vuestro tipo de piel, conservéis el envase adecuadamente para evitar el deterioro y contaminación del cosmético y os apliquéis antes vuestro tratamiento dermocosmético, os aseguro que una buena base de maquillaje no sólo os ayudará a corregir imperfecciones, si no que potenciará el efecto hidratante del tratamiento dermocosmético aplicado antes e incluso “nos protegerá” del sol y la contaminación ya que los pigmentos minerales ejercerán un efecto “filtro físico”.
Para que la base de maquillaje sólo os aporte ventajas os aconsejo que sigáis estos pasos:
- Elegir, como ya os he comentado, la textura más adecuada a vuestro tipo de piel, ahí, como siempre, podéis contar con mi ayuda.
- Limpiar la piel y aplicar el tratamiento dermocosmético habitual (contorno, antioxidante, sérums, crema y fotoprotector).
- Aplicar el maquillaje con utensilios adecuados para ello: brocha, esponjas, pinceles,…. O quiénes lo deseéis, con los dedos.
- Fijar el maquillaje con agua termal como la dela Roche-Posay, pulverizando sobre el rostro a unos 20 cm de distancia o de igual modo con el agua de belleza de Caudalie (prometo explicaros la diferencia entre ambos próximamente).
- Terminada la jornada, DESMAQUILLAR Y LIMPIAR LA PIEL. Personalmente, recomiendo desmaquillar primero, retirar todos los pigmentos, y luego llevar a cabo la limpieza habitual. Quienes os limpiéis a diario con el mismo producto que uséis para desmaquillar p. ej. agua micelar, os aconsejo dar dos pasadas, una primera que retira el maquillaje y una segunda que limpia en profundidad.
- Tras el desmaquillado, usar de nuevo vuestro tratamiento dermocosmético habitual.
- Al menos una vez a la semana (depende del tipo de piel, como siempre), llevad a cabo una exfoliación y posterior aplicación de una mascarilla purificante.
Aunque parezca que hay que llevar a cabo una rutina extra os aseguro que no es así, y que camuflar una cicatriz, una patología como el vitíligo o la rosácea, o simplemente el fotoenvejecimiento cutáneo sólo nos puede suponer 5 minutos al día, así que tanto si os maquilláis a diario como si no, espero que sólo lo hagáis porque os apetezca, no por lo que digamos los demás o estipulen las modas del momento, lo importante es sentirse bien con uno mismo, con o sin maquillaje.
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